domingo, 29 de abril de 2007

Archivos de acceso directo

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Nos vemos en el tec. Un saludo

domingo, 22 de abril de 2007

Que costumbre tan salvaje...

Un amigo hace un tiempo me hizo una petición especial, este hermoso poema (como todos) de Jaime Sabines Cumpliendo con mi palabra, decidí no solo publicarte el poema...sino también grabarlo para que lo escucharas...pero buscando, lo encontré en la propia voz del autor y al escucharlo, entendí que ninguna versión será nunca superior a la suya, vamos...la mía ni siquiera parecida, porque en su voz se percibe el dolor de haber perdido a un hijo de 22 años, porque al igual que muchos de sus poemas, no muestra un ápice de complejidad, sino únicamente palabras sencillas dichas de tal forma que te sientes inmerso en la plática, como si de repente sentados en un café tu y él, el poema surgiera cuando le preguntas..."Don Jaime, y que opina usted del entierro del hijo de Don Alberto?, pobre muchacho...con tanto por delante..." y Sabines, con su voz de hombre entrado en años que sabe que la forma nunca será superior al fondo, con su voz apasionada que desborda sensaciones acumuladas te dijera...


¡Que costumbre tan salvaje!

¡Que costumbre tan salvaje esta de enterrar a los muertos! ¡de matarlos, de aniquilarlos, de borrarlos de la faz de la tierra! Es tratarlos alevosamente, es negarles la posibilidad de revivir.

Yo siempre estoy esperando que los muertos se levanten, que rompan el ataúd y digan alegremente: ¿por qué lloras?

Por eso me sobrecoge el entierro. Aseguran las tapas de la caja, la introducen, le ponen lajas encima, y luego tierra, tras, tras, tras, paletada tras paletada, terrones, polvo, piedras, apisonado, amacizando, ahí te quedas, de aquí ya no sales.

Me dan risa, luego, las coronas, las flores, el llanto, los besos derramados. Es una burla: ¿para qué lo enterraron?, ¿por qué no lo dejaron fuera hasta secarse, hasta que nos hablaran sus huesos de su muerte? ¿O por qué no quemarlo, o darlo a los animales, o tirarlo a un río?

Habría que tener una casa de reposo para los muertos, ventilada, limpia, con música y con agua corriente. Lo menos dos o tres, cada día, se levantarían a vivir.

Jaime Sabines

Da click sobre el nombre del poeta para escucharlo y verlo decir este poema, de paso, ahi puedes ver su biografía y conocer mucho más de ese gran autor. Cumplido Daín.