
Una tarjeta de 7 x 5 cms es demasiado pequeña para todas las cosas que podría decirte, es por eso que te pedí venir aquí por el resto de las palabras que en esa tarjeta debieron estar impresas; y no es que no pueda decírtelas personalmente, es más bien, que quiero dejar constancia en este espacio tan personal…de tu existencia.
Coincidir contigo en mí paso por el mundo, es una de las cosas que hacen mi vida plena, es una casualidad que me ha dado mucho más que cualquier causalidad. No te busqué, no me buscaste y eso no bastó para que no nos encontráramos, para no conocerte...
De ti aprendí muchas cosas:
Conocí mis defectos
Conocí mis virtudes
Aprendí a cuidar a los amigos
Aprendí a hacer altos en el camino
Aprendí a no mirar el reloj constantemente
Aprendí a pensar con la cabeza fría
Aprendí que vale la pena viajar dos horas para estar solo una frente al mar o en cualquier lugar…con la compañía indicada.
Y sé que en el tiempo, descubriré muchas cosas más que aprendí gracias a ti.
Te ganaste un lugar especial en mi memoria... y en mi corazón.
¿Cuántas cosas aprendiste tu de mi? No lo sé, lo que si sé, con certeza, es que en esta despedida, involuntaria al igual que nuestro encuentro…me dueles, me dueles mucho, a pesar de que sé que es por tu bien, de que sé que estarás mejor, alejada de la gente que no soporta tu brillo y que por ignorancia, capricho o vileza son incapaces de ponerse los lentes de sol.
Te recuerdo también que los caminos de Dios son extraños, que no siempre los entendemos y que aún así, existen, que aún así nos regimos por Su Plan. Estoy seguro que al lugar donde te lleve, tiene todo preparado para tí, con nuevas pruebas claro, pero también con grandes satisfacciones como las que tuviste aquí.
Te repito que te admiro mucho y que te quiero aún mucho más.
Que Dios te bendiga y te guarde en la palma de Su Mano...junto a Su Corazón.
P.D. Espero que te hayan gustado las rosas.
Coincidir contigo en mí paso por el mundo, es una de las cosas que hacen mi vida plena, es una casualidad que me ha dado mucho más que cualquier causalidad. No te busqué, no me buscaste y eso no bastó para que no nos encontráramos, para no conocerte...
De ti aprendí muchas cosas:
Conocí mis defectos
Conocí mis virtudes
Aprendí a cuidar a los amigos
Aprendí a hacer altos en el camino
Aprendí a no mirar el reloj constantemente
Aprendí a pensar con la cabeza fría
Aprendí que vale la pena viajar dos horas para estar solo una frente al mar o en cualquier lugar…con la compañía indicada.
Y sé que en el tiempo, descubriré muchas cosas más que aprendí gracias a ti.
Te ganaste un lugar especial en mi memoria... y en mi corazón.
¿Cuántas cosas aprendiste tu de mi? No lo sé, lo que si sé, con certeza, es que en esta despedida, involuntaria al igual que nuestro encuentro…me dueles, me dueles mucho, a pesar de que sé que es por tu bien, de que sé que estarás mejor, alejada de la gente que no soporta tu brillo y que por ignorancia, capricho o vileza son incapaces de ponerse los lentes de sol.
Te recuerdo también que los caminos de Dios son extraños, que no siempre los entendemos y que aún así, existen, que aún así nos regimos por Su Plan. Estoy seguro que al lugar donde te lleve, tiene todo preparado para tí, con nuevas pruebas claro, pero también con grandes satisfacciones como las que tuviste aquí.
Te repito que te admiro mucho y que te quiero aún mucho más.
Que Dios te bendiga y te guarde en la palma de Su Mano...junto a Su Corazón.
P.D. Espero que te hayan gustado las rosas.