
Muchos morirán en el último segundo -si, en ese que se va a agregar- y arruinarán la celebración de fin de año de sus seres queridos (hasta para morirse hay que ser considerados chingao) y otros nacerán en el primero del siguiente y serán premiados por el simple hecho de ser los primeros en nacer en un año que será -según lo esperado- de crisis mundial, de violencia renovada, de esperanza gringa, de grandes cambios (sabrá Dios si buenos o malos)...
Algunos buscaremos cerrar círculos sin darnos cuenta de que los círculos que queremos cerrar no son tales sino espirales que quizás nos alejan de lo que queremos o que nos acercan a lo que no queremos...
Empezaremos el gimnasio y lo dejaremos pasadas tres semanas del nuevo año, dejaremos de fumar y reincidiremos, cargaremos nuestras pilas y la cuesta de enero va a esfumarnos la energía...
Aún así siempre se agradece la oportunidad de una nueva línea de partida y siempre podemos doblegar nuestra voluntad y hacer realidad nuestros -casi siempre inútiles- propósitos de año nuevo.
Pásala bien...disfruta la noche y la resaca; y llena el tanque de esperanza, esa si que sirve.
Ahh y cómete las uvas despacio, no vayas a arruinar la fiesta familiar con una estúpida muerte por ahogamiento.
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