sábado, 7 de marzo de 2009

El peso de la no-fama


Ya habían pasado 6 meses, pero el hecho había perdido la gracia (humor negro claro) desde mucho antes si es que alguna vez la tuvo. Los amigos de Higinio habían terminado por fastidiarse y la esposa y los hijos estaban desesperados; antes los sueños de Higinio de ser actor, habían seducido a una cándida Maria Luisa que al verlo tan bien plantado y con tantas esperanzas le había comprado los mismos sueños y se veía al lado del gran actor Higinio Sánchez asistiendo a alfombras rojas y codeándose con las esposas de otros ganadores de "El Oscar", o en viajes privados en yates que blancos como copos de nieve surcaban las aguas azul turquesa del caribe ó en viajes a Nueva York donde entraría en las tiendas de la "gran manzana" como le decían sin que ella supiera porqué. La verdad es que Higinio no era buen amigo de la lente, tampoco lo era de otras personas y era pésimo actor; lo único aplaudible era su gran persistencia, su asistencia asegurada a los más diversos castings habían acostumbrado a su esposa a verlo llegar tarde, malhumorado, cansado, trasvestido, alcoholizado, con barba o bigotes postizos, caracterizado según la película, el cortometraje o el comercial en cuestión y siempre con la esperanza por los suelos pero al dormir, los sueños se regeneraban...

¡Las esperanzas no dan de comer! le dijo su suegra al poco tiempo de casado y se vió obligado a anunciarse en el zócalo como fontanero lo que según él le permitía entrar en la vida de otras personas y enriquecerse como actor y muy seguido, en aquellos baños ajenos actuaba como el dueño de la casa, regañando hijos ficticios, quejándose de problemas inexistentes y en una ocasión, en un baño con jacuzzi hasta protagonizó una película porno y actuó un suicidio.

La verdad, María Luisa dejó de soñar en cuanto estuvo a punto de parir por primera vez y no había dinero para cubrir los gastos, en cuanto no hubo para comer, para pagar la luz, el agua y sobre todo cuando el dejó de ser cariñoso con ella y los niños por la persecución de un sueño inútil; la verdad, María Luisa veía los esfuerzos de su marido por hacerse famoso como un lastre en su desesperanzada vida, pero un día Higinio llegó a la casa sonriente, no caracterizado, como...como si por fin estuviera actuando de "él mismo", cariñoso de nuevo, con energías renovadas y sin hacer más comentarios pero con la alegría escapándosele por los poros anunció durante los comerciales de su telenovela preferida: "Voy a hacer un comercial"...

Su esposa, casi sin respiración no dijo absolutamente nada, lo abrazó y lloró junto a él por haber conseguido lo añorado hacía tanto tiempo...y volvió a soñar aún cuando había jurado no volver a hacerlo...

Ya habían pasado 6 meses de aquello; en el mes anterior a la filmación Maria Luisa no había sino escuchado en todo aquel tiempo sobre que "el diálogo estaba muy pequeño", sobre la "preparación del personaje", sobre la "intensidad psicológica de la interpretación", todo se convirtió en una pesadilla cuando él empezó a subir de peso intencionalmente para ponerse acorde al papel...

El día en que le dijeron que el comercial se iba a estrenar, reunió en la sala a sus amigos que eran muy pocos, a sus dos compadres, familiares y compró botanas suficientes para una hora de programación y 30 segundos de participación frente a las cámaras...Algo de sentido común debió anunciarle lo que estaba a punto de ver en la televisión como resultado final del esfuerzo de una semana de filmación...pero no lo hizo o él no quizo escucharlo...

La hora esperada llega siempre y en un momento, en la caja idiota (televisión para los cuates) aparece de espaldas, entre penumbras, pasan los primeros 5 segundos y todos sonríen, otros 5 y hay caras de desconcierto...otros 5 segundos y hay varios con risas nerviosas que apenas pueden contener...deja de aparecer en la pantalla y logotipos del IFE y narraciones llenan el espacio televisivo; piensa y dice que es una de las versiones del comercial, pronto sacarían la otra donde el se vé de frente y se notan las arrugas de la piel, lo pasado de peso, la angustia de sus palabras y en general, la entrega total a la actuación; pero esa versión nunca llegó.

Los últimos 6 meses, Higinio grabó el comercial unas 40 veces en videocassettes diferentes por si la versión cambiaba, analizó el comercial pixel por pixel, se paraba muy cerca de la tele, a los lados como si la imagen fuera tridimensional y eso permitiera que su cara se apreciara; también revisó el diálogo en innumerables ocasiones; no entendía como podían haber tomado aquel ángulo y obtener aquel resultado final, había al menos 6 cámaras en el estudio y mucha luz y el diálogo que el había dicho siempre era más dramático, más rico que el "si"..."si"..."si" monótono que veía en la tv; los amigos por solidaridad ni siquiera lo molestaron después de aquel día de botana y tv y los extraños nunca se enteraron de que el había grabado un comercial, no hubo reconocimientos callejeros, ni autógrafos ni miradas morbosas hacia él como aquellas de que provee la fama.

El único día en que sintió verdadero alivio fue cuando las campañas políticas cesaron, el comercial dejó de transmitirse y descansó de la no-fama a su alrededor. Y rogó porque no reciclaran el comercial para nuevos tiempos electorales...maldito IFE.


----------------- El resultado --------------------
La Voz -"Vota por quien yo te digo".
Higinio -"Sí".
La Voz -"Si votas por mi partido te damos lo que quieras". -"Sí ".
La Voz -"Si no gana quien ya sabes, vas a perder lo que ya sabes".
Higinio -"Sí".
La voz -"Entonces, ¿confiesas que lo dijiste?"
Higinio -"Sí".
El narrador -Si alguien te presiona, te quiere dar algo a cambio o intenta comprar tu voto, denúncialo, es delito, que no se te olvide.
El narrador -Tu voto es libre y secreto. Así, nuestra democracia crece.
La Voz -"Y crecemos todos".
La Voz - IFE. Instituto Federal Electoral.

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