viernes, 7 de noviembre de 2008

Unas fresas...


Comiendo desnuda de espaldas a mí...desentendida, despreocupada en absoluto como si la vanidad no te tocara nunca, siendo consciente de mí pero de cierta forma ignorándome...una de tus piernas flexionada, con la planta de tu pie permitiéndome ver que necesitamos barrer ese lugar...veo tus ojos mirándome de reojo, tu sonrisa que adivino...gozando de sentirme observándote, de sentirte deseada, de saberme exitado tan temprano y de saber que tus caderas y esos ojos en escencia inocentes tienen el control...me levanto del lugar en donde estoy y me acerco a ti, sonríes abiertamente y arqueas la espalda antes de que mis dedos la toquen, confirmándome lo que ya sé...que incluso tu aura es sensible; tu cabello a un lado de tu cara deja libre mi ruta favorita para que mi índice pueda recorrerla de principio a fin...notas mi dedo en tu nuca, sin presionar y deslizándose a través de tu columna vertebral hacia la cintura, hacia el final de tu espalda, hacia el inicio de tus nalgas...volteas el cuello a riesgo de torcerte y veo tus labios húmedos por la fresa que acabas de morder... y ese sabor en tu boca...es el pretexto perfecto para empezar a disfrutar de tus besos.

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