sábado, 7 de febrero de 2009

El gorrión y la bugambilia...

Una tarde cualquiera, el gorrión llegó a posarse sobre la bugambilia...atraído por las flores que mecidas al viento parecían emprender el vuelo en cualquier momento...dedicó a ellas miles de cantos, miles de notas que iban de lo sublime a lo grotesco pero todas en nombre del amor; sin embargo, aunque la bugambilia era hermosa, era callada y nunca respondía a los cantos del ave que con el tiempo, dejó de cantar para convertirse en otra simple rama mecida por el viento...otra tarde cualquiera, una de las flores emprendió el vuelo, el gorrión apenas si volteó a verla, acostumbrado ya a sentir y ver caer las flores, sin embargo, sin viento aparente, la flor no descendió como era su costumbre, al contrario, se elevó a una rama superior y esto llamó su atención...la flor roja a diferencia de las otras volvió a moverse, varias veces y sorprendentemente cantando en el trayecto...enfocó correctamente la vista, agudizó nuevamente los sentidos, movió una pata, la otra y probó suerte con el sonido...al alcanzar a aquella flor tan diferente del resto, pudo darse cuenta de que era una petirroja, cantaron juntos, brincaron de rama en rama y emocionados emprendieron juntos el vuelo...

Lo que el gorrión no supo nunca, es que la bugambilia si respondía a sus cantos y que incluso cuando guardo silencio, le dejaba caer flores encima para acariciarlo de alguna forma y ese mismo día,
en plena primavera...

la bugambilia tiró todas sus flores...

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