lunes, 7 de diciembre de 2009

La paz en los tiempos de la influenza...

Ayer fui testigo del poder de las miradas...más importante aún que el contacto físico, aún más íntimo...es el acto de mirarse a los ojos.

Estuve en la iglesia mientras el cura, un tipo con una pasión desbordante e intensa, mostraba un amplio conocimiento de la estructura del clero y obviamente dominio sobre la biblia pero poco interés real por los feligreses; más preocupado por pulir sus habilidades como orador que por entender el corazón de su audiencia, que por entender realmente las razones que nos llevaron a ese lugar...o quizás simplemente está cansado de preocuparse por los demás, de mostrarse como solución cuando en realidad él es el problema; espero que su fé lo mantenga en pie.

Cuando llegó el momento de darse el saludo de paz, el padre ordenó hacerlo solo con la mirada, obedeciendo las sugerencias del sector salud para frenar el avance del virus de la influenza humana...me sorprendió la forma en que la gente esquiva mirarse unos a otros, algunos se atrevieron a hacerlo solo con las personas de su propia familia...otros ni eso, la mayoría mantuvo la vista al frente y se ruborizaron cuando alguién más los vió a los ojos como prueba de que el saludo de paz es una mera formalidad y que pocas veces es sincero.

Así es la comunicación en los tiempos del A(h1n1)...estamos todos juntos, comunicados a través de twitter, facebook, blogs, etc...y sin embargo nos mostramos ausentes y solitarios en la presencia de personas reales. Y es que un apretón de manos...cualquiera puede, pero a verse a los ojos no cualquiera está dispuesto...es más que una confesión a través de una malla en la penumbra...es mostrar los secretos del corazón.

1 comentarios:

niÑa-Qriosa dijo...

BASTANTE ASERTADO TU COMENTARIO ES.

OPINO PORQUE ES TAN DIFICIL DESEARLE LA PAZ A LOS DEMAS CUANDO UNO MISMO NO TIENE LA PAZ EN SI MISMO.

QUIZAS SEA UNA LOCURA PERO YO SUELO DAR EL PRIMER ABRAZO DE PAZ A MI MISMA, LUEGO A QUIENES ESTAN CONTIGUOS A MI Y POSTERIORMENTE RECORRO CON LA MIRADA A TODO MI DERREDOR.

ES SORPRENDENTE LO QUE UNO SE ENCUENTRA CUANDO MIRA Y OBSERVA; YA LO HAS CONSTATADO.

UN AFECTUOSO ABRAZO PARA VOS Y RECUERDA QUE DIOS TE BENDICE.

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